(Is 2, 1-5 / Sal 121 / Mt 8, 5-11)
Toda esta primer semana de Adviento se nos estará invitando a estar atentos, vigilantes, para la venida del Señor; y quisiera que este año el ejemplo de María delante del Ángel, nos guiara durante todo este tiempo de adviento, Ella, ante la misión que Dios le daba, preguntó cómo y no porqué. (Cf. Lc 1, 34)
El Señor con su encarnación ha dejado patente el inmenso amor que nos tiene, así como también el interés que tiene porque le sepamos cercano y en medio de nosotros, ejercitando las cuatro actitudes propias del Adviento (vigilancia, conversión, testimonio y aceptación de su llegada) se transformará completamente.
Ante la cercanía del Señor o el anuncio del amor que siente por nosotros, es natural que broten pensamientos o sentimientos de indignidad, pero debemos vencerlos y poner todo en manos del Señor como lo hizo el oficial romano en el Evangelio que escuchamos: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano…”
Adviento es un tiempo de agradecer la cercanía de Dios, quien le sabe cercano no anda queriendo comprender todo, acepta que el misterio de Dios le rebasa, sin embargo, también sabe que cuenta con Él por ello debemos transformar todos nuestros porqués en cómos… ¡Caminemos a la Luz del Señor!
(P. JLSS)
0 Comments