(Jer 31, 31-34 / Sal 50 / Mt 16, 13-23)

¿Quién es Jesús para ti? Para responder a esta pregunta, debemos descartar toda respuesta aprendida que pueda reducirse solo a teoría ¿le buscas porque reconoces su poder o solo como una opción más para salir de tus dificultades? Jesús primero pregunta a sus discípulos sobre lo que pensaban los demás de Él, hasta después les pregunta sobre lo que ellos opinan.

Pedro siempre me ha impresionado porque aún en medio de sus arrebatos siempre es dócil al Espíritu Santo como la vez que caminó por el agua, ahora que reconoce a Jesús como mesías, pero también le tocó aprender la paciencia para aguardar confiado el cumplimiento de la voluntad de Dios cuando Jesús le reprende por querer rechazar la cruz.

Para quien no comprende el misterio redentor de nuestro Señor, verle crucificado puede generarle culpas en lugar de estímulo, en el credo decimos que «por nuestra causa fue crucificado» ¿cuál es el efecto que produce esto en nosotros? En la cruz se manifestó la magnitud del amor, en la resurrección la grandeza de su poder. “Ésta será la alianza nueva que voy a hacer con la casa de Israel: Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones.”

Pidamos a nuestro Señor dejarnos mover siempre por su amor, permitir que los momentos de dificultad que nuestro Señor vivió iluminen nuestras dificultades, no vaya a ser que por dejarnos distraer por lo incomprensible, lleguemos a dejar de lado que para ser libres fuimos liberados. Cuando Pedro se dejó mover por el espíritu reconoció a Jesús como Mesías, cuando Prestó mayor atención a las dificultades y sus criterios personales fue llamado Satanás… ¿a qué le somos más dóciles nosotros?

(P. JLSS)