“Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera…” grabémonos en nuestras mentes esto, el Señor nunca olvida sus promesas, no te dejes distraer por nada.

¿Existe algo en tu vida que pudiera estarte haciendo dudar? Recurre a Jesús y trae a tu mente su amor, deja que su gracia te ayude a superar toda dificultad dándole más poder a él que a las ideas y pensamientos contrarios. Moisés le pregunta a Dios hasta su nombre para animarse a ir a enfrentar al faraón ¿quién es Jesús para ti? De eso dependerá cómo lo sigas.

Sigamos la invitación que el Señor nos hace: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio.” Acerquémonos a Él para encontrar el alivio a todo lo que nos aqueja, dejemos que nos acompañe y camine a nuestro lado.

Toda carga será muy diferente cuando se le deja ser nuestra compañía, no quiere que carguemos solos. “Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera.” Espíritu Santo ayúdanos para obtener la humildad necesaria para saber dejarnos guiar por tus inspiraciones.

(P. JLSS)