Confiar en Dios y seguir su camino implica también reconocer su providencia, muchas veces va a parecer que vamos caminando solos, sin embargo, si Él nos ha pedido algo, de la misma manera pondrá los medios para que lo logremos, que de eso no nos quepa duda.

José, fue vendido como esclavo por mera envidia de sus hermanos, de esta injusticia se valió Dios para que después éste fuera una bendición para sus hermanos. De lo que para todos es una injusticia, Dios puede sacar bendiciones.

En el Evangelio Jesús pide a sus discípulos a dar «ligeros de equipaje», “No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de cobre. No lleven morral para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bordón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento.” prácticamente les pide confiar en la providencia abandonarse a ella.

Así tú y yo deberíamos preguntarnos hoy qué tanto confiamos en la providencia y qué tanto en otras cosas… pidámosle a nuestro Padre celestial que acreciente nuestra confianza en Él y en su providencia, no vaya ser que por desconfiados o temerosos alentemos sus planes.

(P. JLSS)