(1Re 18, 41-46 / Sal 64 / Mt 5, 20-26)

Justicia es «dar a cada quien lo que le corresponde» decía el jurista romano Ulpiano, la pregunta es según qué criterios sabremos lo que le correspondería al otro… para quienes creemos en Cristo el criterio ya está marcado por el mismo Señor en el mandamiento del amor amar al prójimo como hemos sido amados por él.

Hoy en el Evangelio escuchamos como el Señor advierte a sus discípulos: “Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.” porque la justicia del Cristiano no basta en un mero cumplimiento de preceptos sino en la vivencia del amor.

La caridad es como esa nube de la que se hablaba en la primera lectura, no importa el tamaño que parezca puede hacer que se desate grandes cambios, por ello no hay que limitarla por nada y debemos confiar en que es mejor mil veces mejor amar que reaccionar.

Pidamos a Dios la gracia de saber aguardar con paciencia el cumplimiento de su voluntad, confiar en el poder del amor antes que en la venganza o la reacción, recordar siempre lo que el amor ha hecho en nosotros y que esto nos impulse a tratar a los otros esperando que nuestra caridad produzca en ellos cambios semejantes.

(P. JLSS)