(Hch 8, 26-40 / Sal 65 / Jn 6, 44-51)

Hace unos días el Señor nos invitaba días atrás nos invitaba a «no trabajar por el alimento que se acaba sino por el que conduce a la vida eterna» ¿Por qué cosas te desgastas y preocupas más? Jesús dijo: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre” ¿Te interesa saciarte de Él?

En ocasiones por estar tan preocupados por las cuestiones inmediatas, pudiera parecer que somos personas sin fe o que no cuentan con el amor y la gracia de Dios; si perdemos de vista esto, que contamos con Él y que actúa en nuestras vidas, la realidad puede interpretarse de manera errónea, de manera casi pesimista.

En el libro de los apóstoles se nos ha venido narrando como los apóstoles vivían conscientes del amor de Dios y como aún en medio de las dificultades eran capaces de encontrar la oportunidad para evangelizar y cumplir con su misión. ¿Existen situaciones concretas que te estén haciendo sentirte como abandonado? Ponlas en manos de quien si te puede saciar y no te centres en ellas.

Seamos como el etíope que, consciente de que la salvación es para todos, busca comprender y aprender más de Jesús, acepta la ayuda que se le da y que el evangelio es para él y pide el bautismo; des pues de ser bautizado prosigue su viaje lleno de alegría. Padre, que siendo dóciles al Espíritu Santo, podamos quitarle tanto poder a nuestras preocupaciones y recuperar la alegría y libertad que ser tus hijos da.

(P. JLSS)