(Jb 1, 6-22 / Sal 16 / Lc 9, 46-50)
¿Cuál es tu reacción frente a los acontecimientos difíciles? ¿Culpamos a Dios de todo lo negativo que nos sucede? Jesús habla en el Evangelio de la necesidad de ser «pequeños» para ser grandes, muchas veces nuestra interpretación errónea de las dificultades está fundamentada en una supuesta falta de merecimiento.
Pero quien es consciente de la grandeza de Dios y agradecido con Él por los dones recibidos no es tan laxo para juzgar ni tan simple en sus interpretaciones, es consciente de que la voluntad de Dios es santa y perfecta (cf. Rm 12, 2) aunque de momento no pudiera parecer así.
Esta es la enseñanza que se nos quiere dar en el libro de Job como Dios cuida de nosotros y nosotros debemos tener nuestra atención fija en él, no en lo temporal o material, sino en lo eterno y espiritual. Tal como él mismo Jesús nos lo ha enseñado. “El Hijo del hombre vino a servir y a dar su vida por la redención de todos.”
Pidamos a Dios Espíritu Santo que ilumine nuestras mentes para ser capaces de reconocer la grandeza de contar con Él, con su amor y misericordia para ser capaces de perseverar en medio de las dificultades y situaciones difíciles. Quien a Dios tiene nada le falta… ¿qué sientes que te está haciendo falta? Dejémosle actuar en nosotros.
(P. JLSS)
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