(Ez 28, 1-10 / Dt 32 / Mt 19, 23-30)
¿En qué tienes puesta tu confianza? ¿En Dios o en lo materia? Esta pregunta viene después del Evangelio del día de ayer en el que aquel joven se va triste porque no pudo poner su confianza más en Jesús, a tal grado que el Señor asegura: “Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos…”
Y esto no debemos interpretarlo como dirigido solamente a personas con grandes sumas de dinero, porque como dice aquella frase, «hay pobres que lo único que tienen es dinero», también hay «ricos» que solo tienen algo (por más pequeño que parezca) a lo que se aferran, no querrán perder por nada y serán capaces de cualquier cosa por permanecer con ello, es su tesoro (cf. Mt 6, 21).
Pedro ahora le pregunta a Jesús qué les tocaría a quienes le están siguiendo, como buscando beneficios temporales, por lo que el Señor le centra en la vida eterna, pero lo que muchas veces no se toma en cuenta es que asegura que “muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros.”
Pidámosle a nuestro Señor no dejarnos engañar por nuestros criterios, muchas veces demasiado materialistas, antes bien que aumente nuestra confianza en su providencia que nunca nos desampara, en ella reconocemos el ciento por uno que él nos prometió, que nunca se nos olvide “Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.” Que él sea nuestra mayor riqueza.
(P. JLSS)
0 Comments