Domingo de la Palabra de Dios
(Jon 3, 1-5. 10 / Sal 25 / 1Cor 7, 29-31 / Mc 1, 14-20)
“Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron…” ¿qué te dicen hoy a ti estas palabras? Jesús a todos nos llama, como reflexionábamos la semana pasada, lo que hay que reflexionar hoy es qué tanto buscamos responder y profundizar en su llamado.
El pueblo de Nínive al escuchar la predicación de Jonás se arrepintió y cambió su manera de vivir. Tu y yo hemos escuchado varias veces la predicación del Evangelio ¿hemos permitido que la Buena Nueva produzca fruto en nuestro interior? Jesús comenzaba su vida pública diciendo: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio” ¿le hacemos caso?
La carta a los corintios, tiene dos parte: por un lado está la corrección de ciertos abusos que habían en la comunidad y la segunda parte en la que se responden algunas consultas de los corintios (cf. 1Cor 5, 9) hoy escuchamos como San Pablo contemplaba excelencia de la virginidad sobre el matrimonio, no dice que nada en contra, es un tema de libertad para el servicio de Dios, evitar todo lo que pueda distraernos.
Pidamos a nuestro Padre que nos ayude a desterrar de nuestras vidas todo aquello que nos resta libertad para seguirle, según nuestro estado de vida todos tenemos responsabilidades que al cumplirlas traen satisfacción, eso es un indicador de estar haciendo lo que nos corresponde. También sabemos aquello que es limitante, dejemos que la palabra de Dios, que es viva y eficaz, erradique todo aquello que nos esté restando libertad.
(P. JLSS)
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