(Jr 18, 1-6 / Sal 145 / Mt 13, 47-53)
El 29 de julio la Iglesia conmemoraba a «santa Marta de Betania» y se aclaraba que era la hermana de María y Lázaro. En algunos lugares se celebraba a «Marta y María», en otros a los tres hermanos, son varios los posibles motivos de esta distinción pero poner fin a estas cuestiones secundarias el Papa Francisco determinó que en el Calendario Romano General se inscriba este día la memoria de los santos «Marta, María y Lázaro» (Cong. para el Culto Divino y los Sacramentos, Prot. N. 35/21).
Estos tres santos son el testimonio de un grupo de amigos que acogen a Jesús en su hogar, nos enseñan en pocos pasajes cómo el mismo Señor convivía con ellos y les acompañaba en varios momentos de su vida. Ninguno le sigue igual, una es atenta a su mensaje, la otra muy hacendosa y el otro un muerto que obedece la voz de Jesús y sale del sepulcro inmediatamente.
Al igual que ellos tres, tu y yo estamos llamados a servir al Señor desde nuestra realidad concreta, aceptar que si nos manda hacer algo es por nuestro bien no para molestarnos, si somos sus amigos debemos estar seguros de cómo actúa y de que siempre es misericordioso y nos manda su mensaje «a ver si lo escuchamos y nos convertimos de nuestra mala vida». Por eso entre más conocemos al Señor, más nos estorba lo que no nos conviene.
Pidámosle al Espíritu Santo que nos dé la fortaleza para perseverar en la amistad con el Señor Jesucristo, que por medio de sus dones nos ayude a valorar más y más esta amistad y así poder vivir de acuerdo a lo que nos conviene como amigos amados y no como personas miedosas a lo exterior (cf. Mt 10, 28). Quien teme demasiado las cuestiones exteriores puede que sea porque ya se olvidó de las internas.
(P. JLSS)
0 Comments