(Miq 6, 1-4. 6-8 / Sal 49 / Mt 12, 38-42)
Esta semana la palabra nos estará invitando a demostrar con nuestra vida que escuchamos al Señor, que le seguimos de corazón y no de meras apariencias, viviendo de tal manera que no se nos pudiera decir: “¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú, que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos?”
Dios salva al que cumple su voluntad… no a quien recibe aplausos de los demás o a quien todos tienen por bueno(a), o con palabras del profeta Miqueas, «lo que el Señor desea de cada uno de nosotros es que practiquemos la justicia, amemos la lealtad y seamos humildes frente a Dios.
Valdría la pena que nos cuestionáramos qué necesitamos para escuchar atentamente al Señor, porqué no podemos seguirle más intensamente ¿necesitamos una señal más? ¿No nos basta la obra redentora del Señor? ¿No genera nada en nuestro interior todo lo que Él ha hecho por nosotros?
Padre Santo sabemos que nos amas infinitamente y hemos conocido el amor que nos tienes por medio del Evangelio pero reconocemos la necesidad que tenemos de que aumentes nuestra fe para vivir convencidos del amor que nos tienes y así manifestarnos en el mundo como quien se sabe amado y liberado por ti. Queremos que se nos note tu amor.
(P. JLSS)
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