Fiesta de los Santos inocentes, mártires.
(1Jn 1, 5-2, 2 / Sal 123 / Mt 2, 13-18)

Navidad es una Solemnidad que como iglesia celebramos durante ocho días seguidos (la Octava de Navidad, del 25 de diciembre al 1 de enero), dentro de los cuales celebramos cinco fiestas importantes: el 26 a San Esteban, el primer mártir; el 27 a San Juan, Evangelista, que estuvo de pie junto a la Cruz, dispuesto a morir por Él; el domingo dentro de estos días, a la Sagrada familia; hoy, a los Santos Inocentes; y culminaremos el día 1 de Enero, celebrando a Santa María, madre de Dios (theotokos).

La celebración de los Santos inocentes, tristemente ha pasado a ser una fiesta en la que se hacen bromas acerca de la ingenuidad, «inocente palomita…», siendo que en ella conmemoramos a aquellos niños que murieron por la injusticia de un hombre que temía perder su corona. Quien se aferra a su corona, permitirá cualquier injusticia para conservarla.

¿Puedes identificar en ti alguna corona o algo a lo que no quieras renunciar por Cristo? Quienes seguimos al Señor padeceremos injusticias, sufrimiento, tristezas y, sin embargo, no debemos caer en desesperación porque contamos contamos con Él, “si decimos que estamos con Dios, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no vivimos conforme a la verdad.”

Hoy escuchamos en el Evangelio, como José al saber de las intenciones del Herodes, partió con María hacia Egipto, no se aferró a su comodidad, supo ceder. Padre Bueno, te pedimos nos ayudes a ser dóciles y aceptar que tu voluntad es santa y que, aún cuando no la comprendamos, tu amor no se aleja de nosotros. Danos tu gracia para perseverar pacientemente confiados en tu cuidado.

(P. JLSS)