(1Mac 2, 15-29 / Sal 49 / Lc 19, 41-44)

Dos ideas son las que resuenan en la palabra de este día, la primera: no endurecer el corazón como el día de la rebelión en el desierto cuando nuestros padres dudaron de Dios aunque habían visto sus obras; la segunda, está en el lamento de Jesús porque hay quienes no aprovechan las oportunidades que Dios les da. ¿Cuál de estas dos ideas te confronta más?

Debemos estar siempre atentos para poder reconocer qué situaciones están haciendo que ignoremos lo que Dios ya ha obrado en nosotros o aquello por lo que dejamos de aprovechar la oportunidad que Dios nos da de estar junto a él y disfrutar de su amor y gracia.

En la primera lectura escuchamos la historia de Matatías quien al igual que tú y yo fue tentado por la vanidad por los enviados del rey, sin embargo, prefirió la fidelidad a Dios que a cualquier otra persona y situación ¿eres capaz de mantenerte firme a Dios o hay algo que te atemorice soltar?

Padre Santo te pedimos que nos concedas mayor fidelidad a ti para lograr convertirte en nuestro mayor tesoro, de tal manera que no temamos perder nada frente a ti, que el Espíritu Santo nos ayude a mantener nuestro corazón dócil a tus inspiraciones y no olvidar tu poder y acción en nuestras vidas.

(P. JLSS)