(Rm 6, 12-18 / Sal 123 / Lc 12, 39-48)

“Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre” ¿qué te dicen estas palabras? ¿Eres capaz de reconocer una invitación a cambiar o sólo ves allí algún tipo de amenaza? San Pedro llega a decir que Dios no tarda en volver, sino que nos está dando tiempo para que volvamos a él (Cf. 2Pe 3, 9).

El mismo Señor en el Evangelio nos enseña por medio de dos parábolas la necesidad de permanecer fieles a Dios, viviendo de acuerdo al don que hemos recibido, del valor que le demos a nuestra salvación será la manera en que respondamos a Dios. ¿Valoras este don? Hay que tener presentes las palabras del Señor: “Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más.”

Vale la pena que reflexionemos acerca de si nos hemos acostumbrado al don de Dios o si lo hemos reducido a algo meramente teórico y ya no dejamos que impacte nuestra manera de vivir. ¿A qué nos hemos estado sometiendo al amor o al pecado? Recordemos «Si somos esclavos del pecado, es para la propia muerte; y si nos hacemos esclavos de la obediencia a Dios, es para nuestra santificación» como enseña San Pablo.

Que el Espíritu Santo nos haga capaces de valorar y agradecer el don de nuestra Salvación para que este inmenso don nos siga impulsando a ser mejores y a buscar corresponder al inmenso amor de Dios. “Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa se rompió y nosotros escapamos. La ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.”

(P. JLSS)