DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO

Diocesis de Mexicali https://diocesisdemexicali.org


(Job 38, 1. 8-11 / Sal 106 / 2Cor 5, 14-17 / Mc 4, 35-41)

La semana pasada se nos presentaba el reino de Dios con la imagen de una semilla que da fruto a su tiempo, no a prisa ni a fuerzas. Hoy se nos invita a poner nuestra vista solamente en Dios, no dejar que nada nos distraiga, mucho menos los criterios humanos. Tu manera de interpretar la realidad ¿parte de la convicción del amor de Dios o lo haces con mero criterio humano?

Se supone que nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene en Jesucristo, ¿qué tanto aspiramos a disfrutar de su amor en plenitud? Para Pablo este amor debe ser suficiente impulso para salir esforzarnos por salir adelante: “El amor de Cristo nos apremia, al pensar que si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”

No podemos perder de vista que contamos con el amor de Dios, que quiere nuestro bien y tiene el poder para parar toda tempestad si le dejamos involucrarse. Desgraciadamente muchos nos quedamos en el miedo que nos lleva a reclamos que parecieran de personas sin fe como los discípulos: ¿no te importa que nos hundamos?

Acudamos al Señor confiados, él tiene poder para librarnos de cualquier peligro y su amor por nosotros es inmenso, no nos comportemos como desconocidos sino como quien le conoce, y presentémosle nuestras inquietudes para que nos ayude con ellas y vivamos una experiencia de fe como la de los discípulos: «Él se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: «¡Cállate, enmudece!». Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: «¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?».

(P. JLSS)

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