(Jer 28, 1-17 / Sal 118 / Mt 16, 13-21)
Cuando buscamos al Señor ¿qué es lo que esperamos encontrar? ¿Un personaje famoso? ¿Una especie de milagrero? ¿Al salvador? Es bien importante que nos esforcemos por reconocer todo lo que encierra el misterio de Jesucristo para lograr iluminar por él toda nuestra existencia.
En la primera lectura escuchamos como cuando uno no es capaz de aceptar que la voluntad de Dios nos supera, en los momentos de dificultad va a “dejarse confundir” por quien le diga lo que quiere escuchar o decidir, quien conoce a Dios sabe que él cumple sus promesas y será capaz de aguardar su amor pacientemente,
Aguardar pacientemente implica el reconocimiento de que el Señor puede multiplicar nuestro pan, saciar nuestras necesidades y proveernos aquello que necesitamos, lo único que nosostro debemos hacer es confiar, aceptar nuestra necesidad y recordar quién es él, alguien que siempre cumple sus promesas, como ya nos lo ha demostrado.
Padre, que el espíritu santo fortalezca nuestra esperanza para no andar reaccionando de acuerdo a nuestros miedos y criterios, sino que actuemos confiados en tu voluntad. Que ningún miedo nos paralice. “Apártame de los caminos falsos y dame la gracia de cumplir tu voluntad. No quites de mi boca las palabras sinceras, porque yo espero en tus mandamientos.”
(P. JLSS)
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