La semana pasada la liturgia de la palabra nos invitaba a reconocer que el Señor no se olvida de nosotros y siempre procura los medios para que nosotros estemos bien, esta semana se nos invita a reconocer su cuidado confiados en su gracia. ¿Cuando algo se te dificulta recurres a Dios como primera opción?

El pecado ya fue vencido por Jesucristo, por ello debemos de prestar mayor atención a su amor y gracia antes que a nuestros delitos, teniendo presente que “con el don no sucede como con el delito, porque si por el delito de uno solo murieron todos, ¡cuánto mis la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos!” eso debemos tener presente siempre.

Jeremías era consciente de la amenaza que se le avecinaba, de que habían varios que querían su mal, sin embargo, se apoyaba en una certeza de su corazón: “el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable.” ¿Saber que cuentas con Jesucristo de tu lado te da seguridad o te da igual?

Pidamos a nuestro Padre celestial que por acción del Espíritu Santo acreciente en nosotros la confianza en su protección paternal. Que grabe en nuestros corazones las palabras de Jesús: ¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.”

(P. JLSS)