VIERNES – SEMANA V DEL TIEMPO ORDINARIO

Diocesis de Mexicali https://diocesisdemexicali.org


(Gn 3, 1-8 / Sal 31 / Mc 7, 31-37)

“Abre, Señor, nuestros corazones, para que aceptemos las palabras de tu Hijo.” Con esta aclamación nos preparábamos para la escucha del Evangelio, en el cual se nos narra un milagro de Jesús, cura a un hombre sordo y tartamudo (con problemas de habla)… este hombre no podía escuchar a Jesús por enfermedad, nosotros muchas veces no le escuchamos por falta de humildad.

En esta curación se da algo muy interesante, Jesús cuida mucho que no le conciban sólo como un taumaturgo más, sino que le reconocieran como el enviado del Padre, por ello el Evangelista nos narra cómo se da la curación: “Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «¡Effetá!» (que quiere decir «¡Ábrete!»)” y al momento sucedió el milagro. Dejó que Jesús tocara su problema.

El enfermo del Evangelio se acerca a Jesús buscando ser sanado, en la lectura escuchamos cómo Adán y Eva en lugar de acercarse a Dios para buscar el perdón de su desobediencia, «se ocultan de su vista», prefieren esconderse a reconocerse necesitados de su misericordia. ¿Te ha pasado igual, que en lugar de acudir en busca del perdón, justifiques tu falta?

Dios nuestro, te presentamos nuestros pecados y nuestras limitaciones, no hay nada imposible para ti, por eso hoy te pedimos que por la fuerza del Espíritu Santo nos transformes y destruyas toda soberbia que nos haga «escondernos de tu vista» para que, a imagen de tu Hijo podamos ser testimonio de tu misericordia. Danos tu amor y gracia que eso nos basta.

(P. JLSS)

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