(Rom 9, 1-5 / Sal 147 / Lc 14, 1-6)
San Pablo, aun cuando todo lo consideraba basura con tal de ganar a Cristo (cf. Flp 3, 8), esto no significaba que ignorara o dejara de lado toda la Historia de la Salvación, sino que daba preponderancia a Cristo sobre todo. Sin embargo, como hemos escuchado, se entristecía por los israelitas que no aceptaban al Señor.
Cada uno de nosotros confesamos creen el el Señor, ser sus ovejas, aceptar que él nos conoce con todas nuestras cualidades y limitaciones… la pregunta es ¿escuchamos su voz? ¿A qué le prestamos mayor atención, a la opinión ajena o a lo que el Señor opine de nosotros?
Jesús en el Evangelio nos vuelve a demostrar la prioridad que tiene la caridad a cualquier otra cosa, había un enfermo del cual era evidente su enfermedad, sin embargo Jesús sabía que los fariseos iban a preferir el cuidado de la ley que la caridad por eso les hace esa pregunta “¿está permitido curar en sábado o no?”, frente a la caridad nunca se debe anteponer la pregunta de si se está permitido.
El amor es una decisión por el bien de quien se ama; la caridad es seguir el impulso del amor, compartir el amor que se nos ha dado, por ello este día vale la pena cuestionarnos seriamente qué tanto compartimos el amor de Dios con aquellos que nos rodean y si somos capaces de escuchar primero a Cristo que a la opinión ajena. Padre ayúdanos a acrecentar el valor que le damos al Señor en nuestras vidas.
(P. JLSS)
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