Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María
(Miq 5, 1-4 / Sal 12 / Mt 1, 18-23)

Nueve meses después de la celebración de la Inmaculada Concepcion de María (el 8 de diciembre) celebramos la Natividad de María, cuya celebración es conocida en oriente desde el siglo VI, fijada en este día porque es el día de apertura del año litúrgico bizantino, el cual cierra con la Dormición en Agosto.

Hoy celebramos el nacimiento de aquella mujer en la que se cumple la profecía de Isaías «He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros», damos gracias a Dios por su vida, porque por su sí nos hemos sido colmados de bendiciones.

A José el Señor le dijo en sueños, “no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Siempre me ha llamado la atención a José, Dios le hablara en sueños, así de inquieta debe haber tenido su mente ante el misterio.

Pidámosle a nuestro Padre Celestial que fortalezca en nuestra confianza en la constante intercesión que María hace por nosotros, agradezcamos poder contar con ella. No dudemos en recibir a María en nuestras casas, en nuestras vidas, y como los novios de las bodas de Caná aceptemos su ayuda e intercesión para que su Hijo devuelva la alegría a nuestras vidas (cf. Jn 2, 1-11).

(P. JLSS)