Fiesta de la Visitación de la Santísima Virgen María
(Rm 12, 9-16 / Is 12 / Lc 1, 39-56)
Hoy celebramos la fiesta de la Visitación de la santísima Virgen María a su prima Isabel, esta fiesta se da entre los días de la anunciación (25 de marzo, que celebramos nueve meses antes de la celebración de la Navidad) y el nacimiento de Juan Bautista (24 de junio, tres meses después de la anunciación, en la cual se le dice a la Virgen que su prima «la estéril» ya iba en el sexto mes de embarazo)…
En esta celebración podemos descubrir muchas cosas: en primer lugar, que quien descubre que Dios le ha elegido, siempre estará disponible para el servicio; a donde llegue la gente reconocerá la presencia de Dios; siempre se le dará y se terminará alabándole a Él ¿qué es aquello que Dios te ha confiado? ¿Qué te está pidiendo en estos momentos?
A la llegada de María a la casa de su prima se da algo maravilloso, se le reconoce como madre del Señor y ambos niños se reconocen también: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno”. Y cada una de las dos eran conscientes del lugar que les correspondía. María termina proclamando el Magnificat donde ella reconoce la grandeza de lo que Dios ha realizado en ella.
Así tu y yo debemos reconocer en nuestras labores cotidianas el lugar en el que Dios nos ha puesto para hacerle presente, dejémonos mover por el Espíritu Santo, sólo así lograremos «que la esperanza nos mantenga alegres; ser constantes en la tribulación y perseverantes en la oración». Buscaremos ayudar a los demás, motivados por la certeza de que Dios siempre nos ayuda. Agradezcamos todo lo que se nos ha confiado.
(P. JLSS)
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