Fiesta de San Marcos, Evangelista
(1Pe 5, 5-14 / Sal 88 / Mc 16, 15-20)
Pensar en san Marcos, Evangelista, nos debe de llenar de profundo gozo, este santo ha conservado para nosotros la predicación del apóstol san Pedro, del cuál era asistente; Marcos también nos puede ayudar con su ejemplo a darnos cuenta de que aunque cuesta entenderla en su momento, la voluntad de Dios se cumple siempre.
Marcos fue compañero de Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero, pero tras las primeras dificultades abandona la misión (cf. Hch 13, 1-13), después cuando quiere volver no es aceptado por Pablo, razón por la cual Bernabé se separa del apóstol siendo así como Marcos terminará acercándose a san Pedro (cf. Hch 15, 36-41). Hasta de nuestros titubeos Dios se vale, la cosa es volver a confiar.
El mismo Evangelista nos cuenta en el Evangelio la importancia de la fe: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado.” Hay que creerle más al Señor y a su misericordia que a nuestras caídas o miedos, él siempre está dispuesto a recibirnos de vuelta y puede lograr hacer de nuestros “fracasos” un testimonio grandísimo.
Por eso Padre te pedimos hoy que nos des la valentía de volver a tu camino, confiados en tu amor y misericordia, porque tú puedes hacer de nuestras caídas y fallas un motivo de alegría. Como dice un amigo: «cuando Dios levanta a uno de sus amigos, su testimonio levanta multitudes». San Marcos, Evangelista, ruega por nosotros.
(P. JLSS)
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