(Is 61, 1-3 / Sal 21 / Jn 10, 11-16)
Hoy celebramos la Fiesta de San Rafael Guizar y Valencia, el primer Obispo iberoamericano en ser declarado oficialmente santo, el 15 octubre de 2006, y fue declarado patrono de la conferencia episcopal mexicana, es decir de los obispos de nuestro país. En él se cumplieron las palabras del papa Francisco sobre los obispos, acerca de la necesidad de que «sean pastores, no doctores».
Cuánto daño hace una autoridad soberbia, mucho más daño hará una autoridad eclesiástica si se olvida de su «paternidad espiritual», su ser pastor… cuanto daño haremos cada uno de nosotros si no desempeñamos la tarea que el Señor nos ha encomendado para construir la Iglesia (cf. Ef 4, 11-16).
Permitamos que las palabras de Jesús nos confronten: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye…” y preguntémonos si nuestra manera de desempeñar nuestras labores es de una persona convencida y comprometida o si está siendo como la de un asalariado.
Si Dios nos ha dado una misión concreta (a mi ser sacerdote, a ti puede ser que ser padre, madre, etc…) debemos tener la seguridad de que nos ha ungido para hacer llegar la buena nueva a todos aquellos con los que convivimos a diario. Pidamos a Dios la docilidad necesaria para procurar hacer su voluntad siempre. Por último les invitó a pedir por los obispos de México, para que lejos de toda actitud monárquica se esfuercen por ser Pastores cercanos a sus ovejas y, a ejemplo de San Rafael Guizar, nunca parezcan asalariados (cf. 1Tim 3, 1-7).
(P. JLSS)
0 Comments