(St 5, 1-6 / Sal 48 / MC 9, 41-50)
A lo largo de la historia ha habido personas que han interpretado este texto del Evangelio de manera literal y se han mutilado… cuando en realidad lo que el Señor nos quiere enseñar es poner toda nuestra atención en Dios, en vivir como el amor quiere y no entretenernos tanto en lo que nos falta.
Para quienes creemos en Jesús, Dios debe ser nuestra mayor riqueza, él quiere nuestra verdadera libertad, quien nos quiere libres, quien pone todos los medios para que vivamos tranquilos ¿por qué poner nuestra esperanza en otras cosas? Santiago lo que critica de los ricos es su esclavitud frente al dinero, que les hace presos, les llena de soberbia y les hace cometer injusticias.
Jesús fue claro cuando dijo que «Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero» (Lc 16, 13) debemos tener eso presente para no andar confiando más en lo que se puede obtener con dinero que en la divina providencia.
Haz, Señor, que nos preocupe más perderte a ti que a ningún otra cosa, que no pongamos tanta atención en lo que nos falta, sino en lo que tenemos. Contamos contigo y eso nos ayuda más que cualquier otra cosa. “No te inquietes cuando alguien se enriquece y aumentan las riquezas su poder. Nada podrá llevarse, cuando muera, ni podrá su poder bajar con él”. Señor tú eres nuestro tesoro.
(P. JLSS)
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