LUNES – SEMANA XX DEL TIEMPO ORDINARIO

Diocesis de Mexicali https://diocesisdemexicali.org


(Jue 2, 11-19 / Sal 105 / Mt 19, 16-22)

Ayer escuchábamos en el Evangelio el pasaje de esta mujer que se acerca a Jesús pidiéndole ayuda y cómo el Señor purifica su fe de tal manera que aún sin sentirse digna confía más en la misericordia que en sus prejuicios: “también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.” Hoy debemos preguntarnos de qué manera nos acercamos al Señor.

Debemos aprovechar todos los medios que el Dios nos da para hacernos reconocer su presencia y perseverar en ello. El pueblo de Israel fue asistido por parte de Dios con los Jueces, pero nos aclara la primera lectura que éstos surgieron cuando se habían alejado del Señor y mientras los jueces vivían la fidelidad del pueblo permanecía, cuando éstos morían volvían a la infidelidad.

Nuestra fidelidad a Dios depende del inmenso amor que él nos tiene o de cuestiones secundarias, aunque suene lógico debo recordar que nuestra esperanza y perseverancia deben estar fundamentadas en el amor que nuestro Padre nos ha manifestado únicamente, esa es nuestra mayor riqueza.

No nos acomodemos a tener una fe inerte, esforcémonos porque ésta crezca cada día más, porque nos pudiera pasar como al joven del Evangelio que cuando se le invita que Dios sea su mayor riqueza se va entristecido porque era muy rico: “Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes, dales el dinero a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme…” rechazó seguir a Jesús por preferir sus tesoros ¿cuáles son los tuyos? Donde esté tu tesoro allí estará tu corazón.

(P. JLSS)

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