(Is 50, 4-7 / Sal 21 / Flp 2, 6-11 / Lc 22,14-23, 56)

En el evangelio de san Lucas cuando se narra la entrada de Jesús a Jerusalén, se nos cuenta que los discípulos entusiasmados se ponen a alabar a Dios diciendo: “¡Bendito el rey que viene en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!” ¿Cuál es tu actitud al comenzar esta Semana Santa? ¿Cómo piensas vivirla?

Tras escuchar la Pasión del Señor debemos cuestionarnos si hemos permitido qué tal gesto de amor impacte algo en nuestras vidas, si ya nos acostumbramos a tanta generosidad o si ya nos hemos acostumbrado. ¿Te conmueve que ellos como Jesús se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz?.

“Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre”. Ahora a nosotros nos toca imitar sus pasos y humildemente aceptar la dignidad que esto nos da y que debemos respetar.

Acerquémonos al misterio de la Cruz y aceptemos todo el amor que por ti y por mí se encierran allí. Dejemos que todo el itinerario de la Semana Santa nos lleve a reencontrarnos con el Padre Celestial y con su firme determinación de que nos sepamos amados y vivamos libres.

(P. JLSS)